sábado, 18 de julio de 2009

SAN RAFAEL DE ONOTO Y AGUA BLANCA, Y EL DESPOJO DE SUS TIERRAS

Durante el transcurso de nuestra historia se ha tildado a los mal llamados indios, que son los naturales y autóctonos habitantes de nuestras provincias, como flojos, ociosos y huidizos de las faenas a ellos encomendadas.
Esta tacha no es tan cierta como arraigada ha sido, sólo que de tanto repetirla, se tiene como cuasi verdad.
El natural no era flojo "per se", sino que era su hábitat el vivir dándose con la naturaleza y a la intemperie como todo ser libre. No podía entender de primera intención ni admitir en ninguna ocasión su atadura a la servidumbre. Esto, aunado a la ambición de los terrófagos que se valían de todos los medios para expulsarlos, coadyuvó a que los naturales se retirasen de los pueblos para tratar de lograr su libertad.
Para avalar la ponencia anterior, transcribo a continuación instrumento manuscrito contenido en el tomo XXXVI de Correspondencias del año 1787, època de La Colonia, sección Gobernación y Capitanía General, inserto en el folio 287 y su vuelto, libro éste que reposa en el Archivo General de la Nación.
Para mayor comprensión del texto, la transcripción se ha efectuado adaptándola a las reglas gramaticales actuales.
"Señor Gobernador y Capitán General
Señor
El no haber tenido razón a uno que he escrito a vuestra señoría me es forzoso hacerle presente segunda vez, la funesta situación en que se hallan estas Misiones de San Rafael y Agua Blanca, de mi cargo, para que vuestra señoría ocurra con los medios más oportunos y de esta suerte precaver la ruina que amenaza: cuando tomé posesión de estos pueblos hacía el discurso de dos años que sufrían el abandono por falta de Misionero que es lo único que los sujeta, de lo que resultó que muchos de estos naturales se retiraron a los montes, y habiendo trabajado infinito en reducirlos a que volviesen a su pueblo, me respondían no tenían tierra donde trabajar por estar la jurisdicción usurpada; con esta noticia pasé al reconocimiento de los linderos y hallé ser cierto; ocurrí a la Villa de Araure en cuya jurisdicción se hallan situadas, al Teniente Interino Don Josef Manuel de Eguiño, más no tuvo efecto; en este tiempo intentaron los indios expulsar de sus tierras a Don Juan Josef Martel, por irse apoderando insensiblemente de sus tierras con siembras de añil; éste se ausentó algún tanto de tiempo, presentándose publicando había obtenido un Despacho de vuestra señoría para demarcar esta Misión, y aún a poner los indios tributarios, a cuya noticia se me amotinaron para ganar los montes como algunos de facto lo ejecutaron a pesar de mis desvelos, y afin de aquietarlos pasé personalmente, a ver al Señor Teniente nuevo, más le hizo poca impresión por hallarse inclinado a Martel, y así ni ha dado cumplimiento al Decreto de usted según dice para medir esta tierra, ni al del Señor Visitador Don Josef de Castro y Arauz, que le mandó expulsare a Martel de las tierras de los indios, y así cada día estoy experimentando nuevos cuidados y desazones, pues el Señor Vicario declina ahora en que le usurpo su feligresía, y el Teniente todos los días me está comparendando los indios, motivo a que ni quieren venir al pueblo ni hacer casa, temiendo los amarren y se los lleven de la Villa, y al Teniente le he pedido tres familias de indios de esta Misión que se han ido a armas y no me los ha entregado; a la verdad ésto es mucho padecer y así pido a vuestra señoría tome los medios para que esta Misión viva con descanso; vuestra señoría se puede informar de estos indios y verá en qué sobresalto viven.
Celebraré disfrute vuestra señoría la más perfecta salud y ofreciéndome a su obediencia ruego a Dios guarde a vuestra señoría muchos años.
Misión de Agua Blanca y julio 12 de 1787.
Besa las manos de vuestra señoría su rendido servidor y Capitán don Juan Evangelista de Málaga".

1 comentario:

  1. Hola. Soy de Agua Blanca, Portuguesa y deverdad que no habia visto un blog con información como esta. Voy a anotar esta direccion para comentar. Gracias por el aporte.

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